El hogar de la cultura friki

Desde la temática japonesa del manga y el anime y de la mano de los videojuegos, la zona de Arco de Triunfo de Barcelona no hace más que atraer a aquellos curiosos que quieran entrar en el mundo de la cultura friki, como lo conocen los más veteranos de la ciudad condal.

Ciudad de contrastes, playa y cultura. Barcelona es un punto en el mapa que puede ofrecer más de lo que parece a simple vista. Incluso dentro de su comunidad de habitantes existe una parte de la misma, que cada vez es menos pequeña, que considera que forma parte de una subcultura muy arraigada: la cultura friki.

Dentro de la lengua española, el término friki se define como un estereotipo social que se refiere a personas que tienen actitudes o se comportan de manera poco convencional y, a su vez, lo demuestran con una forma de vestir inusual o fuera de la norma. Esta comunidad se caracteriza básicamente por sus gustos que suelen resultar extraños para la sociedad en la que viven.

Mientras que se sigue englobando dentro de un mismo grupo a todo aquél considerado diferente, el mundo friki tiene muchas clases distintas: otakus, emos y nerds son solo algunos ejemplos de dicha cultura. Cada grupo tiene sus propias características y vive de una manera diferente su “frikismo” pero todos tienen algo en común: no encajan para nada dentro de la normalidad impuesta, pero tampoco pretenden hacerlo.

Actualmente, existe incluso un día dedicado en exclusiva a este mundo: el 25 de mayo es el Día del Orgullo Friki. Aunque durante esta jornada se llevan a cabo diferentes actividades que engloban a todos los grupos dentro de la comunidad friki, los más comunes son los concursos de disfraces, torneos de videojuegos y las proyecciones de películas de ciencia ficción o de anime —arte vinculado al manga (historietas japonesas), el cosplay (disfraces) y otras disciplinas y tendencias—.

Natàlia Paredes entra dentro de este grupo social tan grande pero considera que tiene sus propias normas “no creo que pueda formar parte de un grupo friki en particular, incluso dentro de este mundo hay quienes lo hacemos todo a nuestra manera” comenta la joven de 28 años. Ella es una enamorada de los videojuegos—en especial Pokémon—, la comida japonesa, los mangas y animes, provenientes también del país nipón.

Arco de Triunfo, un lugar de reunión común

A pesar de la diversidad que engloba el concepto friki, el sitio de reuniones en Barcelona de este tipo por excelencia es la zona de Arco de Triunfo. La inmensa variedad de tiendas y locales temáticos que existen en esta zona de la ciudad condal hacen que sea un pequeño paraíso para esta gran comunidad de jóvenes —y no tan jóvenes— para pasar una tarde de compras y curiosear las nuevas tendencias o estar al día de las últimas novedades de los mangas que se publican y así poder evitar sus temidos spoilers —avance de la trama que puede revelar datos cruciales de la misma—.

La comunidad friki de Barcelona ha hecho suya la zona de Arco de Triunfo y parte del Paseo Sant Joan. Según revelan los dependientes de Chunichi —tienda de temática japonesa— sus clientes forman ya parte de la familia de la tienda.

“Suelo venir mucho aquí con dos amigas y nos podemos pasar la tarde, literalmente, de tienda en tienda buscando la historia o el complemento perfecto” cuenta Natàlia, aunque a veces también comenta que suele venir sola para despejarse y ponerse al día de las novedades de sus sagas favoritas. “No puedo vivir esperando qué va a pasar en el siguiente tomo del manga que estoy leyendo, siempre que tengo un hueco me paso a ver si han publicado el siguiente número” declara.

Un estilo de vida

Vivir dentro de esta cultura ofrece total libertad para expresarse de cualquier manera. Los signos más evidentes de aquellos que se consideran parte de este grupo social tan extenso se muestran, sobretodo, en la forma de vestir, el maquillaje, el pelo, los tatuajes y los piercings. A pesar de existir grupos predeterminados dentro de esta comunidad alternativa en este mundo cada uno sigue sus normas.

La ropa puede variar en cualquier color posible ya que hay quienes no llevan más que negro y quienes los llevan todos a la vez. Lo mismo pasa con la tinta y las perforaciones corporales, los hay que llevan tatuajes hasta los ojos —literalmente— y quiénes prefieren una apariencia física más «normalizada».

En el caso de Natàlia, su forma de ver la vida se muestra a través de su forma de vestir que, a pesar de que siempre destaca el color negro en su vestuario, muchas veces lo llega a combinar con chaquetas ochenteras “llenas de combinaciones de colores tan extravagantes que solo puedes adorarlas u odiarles, y yo en mi caso… pues tengo unas seis o siete chaquetas así” declara entre risas. Por otra parte, su pelo no puede pasar desapercibido, mientras que el tipo de corte es sencillo lo que pretende sobresalir es el largo del cabello y el color del mismo, sumado a los tatuajes que decoran sus piernas, cuello, pecho, abdomen y brazos.

En Barcelona, este tipo de expresión corporal está a la orden del día. Pasear por el pequeño paraíso friki de la ciudad es una oportunidad de toparse con todo tipo de personas. En esta zona también es muy común encontrar turistas que retratan esta subcultura con sus cámaras convirtiendo la forma de vivir de unos en los souvenirs de otros.

Una tarde de tiendas

Entre la plaza Tetuán, paseo Sant Joan y las calles Bailén, Girona o Alí Bei se llegan a contar quince locales —ya sean tiendas, cafeterías o zonas de juegos— que crean el camino perfecto hasta desembocar en Arco de Triunfo. No es de extrañar que estos lugares estén repletos de escaparates esperando verse rodeados de este colectivo que sigue de cerca los cambios y las novedades que se publican o se ponen a la venta en esta zona de la ciudad.

Es en dichas tiendas especializadas que se pueden encontrar todo tipo de productos. Los mangas llenan las estanterías e incluso a veces hasta cada recóndito rincón del lugar. Pero no solo este tipo de novelas son los que llaman la atención en estos locales, figuras te observan desde todas las esquinas y las camisetas esperan a ser probadas para salir de sus pobres maniquíes.

En la ciudad condal existe una zona llamada El triángulo friki de Barcelona. Se trata de una zona que concentra la mayor cantidad de tiendas y establecimientos de temática friki de toda la ciudad.

Un mundo lleno de colorido e imaginación que desemboca en historias tan rocambolescas como cinco chicos con rasgos de dragones, criaturas fantásticas que viven dentro de pokeballs y titanes dominando la tierra mientras los humanos intentan recuperar su territorio. Además, existen historias más convencionales con un punto de locura japonesa como convertir el ser un héroe en una carrera y dar por supuesto que en unos años los humanos tendrán características especiales.

Así pues, el manga se ha convertido en un mundo literario que fascina a adultos y niños con historias para todos los gustos. “Leer manga no significa necesariamente que tengas que buscar magia o fantasía, si eres un fanático del terror tienes tus peores pesadillas entre las páginas de algún tomo” declara Natàlia.

Kevin Berbel, cofundador de la fiesta temática Atomic Pixel Party, declara que son “una empresa joven formada por los mismos frikis que vienen a nuestros eventos a pasar un rato diferente. Queremos revolucionar la noche en Barcelona y, poco a poco, nos estamos haciendo un hueco en esta comunidad de la que también formamos parte”

Una cultura con mucha vida por delante

Leer manga, ver anime y jugar a videojuegos puede llegar a considerarse una fase, pero en esta zona de Barcelona esa fase no ha pasado de moda nunca. Las calles y sus tiendas cuentan las historias de aquellos que vivieron a través de esta literatura y filmografía mientras que actualmente siguen contando las batallas de los jugadores que se pierden entre las aceras buscando el próximo Pokemon o hablando del juego que va a salir en unos meses.

La ciudad costera esconde mucho más de lo que se puede llegar a apreciar a simple vista. Hay vida más allá de sus playas, fiestas nocturnas y locales convencionales. Esta cultura tan llamativa a la vista lleva tiempo pidiendo a gritos su espacio en el panorama y se ha hecho oír porque incluso plataformas como Time Out ofrecen pequeñas rutas dentro de lo que ya se considera la Barcelona Friki.

Una comunidad que no le cierra la puerta a nadie que quiera conocer una vía de escape de la realidad y que ofrece la oportunidad de quitarse los prejuicios de encima y ser lo que uno quiera ser, guste o no. Ser friki está cada vez mejor visto pero como comenta Natàlia, “todos somos frikis de algo en concreto. Hay que dejar de ver el ser friki como algo negativo o cutre” y es que para gustos, colores y para frikis la zona de Arco de Triunfo de Barcelona sigue siendo su pequeño mundo paralelo dentro de la rutina del día a día.