Libros

¿Y si un gato puede curarnos?

Rachel Wells nos trae la historia de Alfie, un gato doméstico que, tras la muerte de su dueña, Margaret, acaba abandonado en las frías calles de Londres. Tras sus difíciles momentos en la calle, Alfie aprende algo que le cambia la vida gracias a Botón: tiene que convertirse en un gato de portal igual que él.

Pero, ¿qué es un gato de portal? Pues bien, se trata de un gato que vive en distintas casas pero en ninguna a tiempo completo. Esta vida a Alfie le resulta muy atractiva por su reciente miedo al abandono, pues si una familia desaparece él va a estar cuidado por otras y nunca más va a sentirse solo.

Así es como llega a Edgar Road, una zona de Londres llena de jardines y casas unifamiliares, la calle que su instinto le dice que va a ser su nuevo hogar.

La historia de Alfie te hará llorar y reír, a veces incluso a la vez. Ver como un ser tan pequeño aprende de cero a valerse por sí mismo y cómo se va ganando poco a poco a todas las familias a las que elige. Un viaje alucinante al lado de nuestro peludo protagonista.

Pero, ¿y si fuese también él el salvador y no el único salvado? Cada familia a la que conoce necesita, sin saberlo, a Alfie, incluso más de lo que los necesita él a ellos. A lo largo de la historia, vemos evolucionar no solo a los humanos si no también al pequeño Alfie, como poco a poco va abandonando sus miedos y aprendiendo a ser el gato que necesita cada una de sus familias. Y es que, poco a poco, acaba rompiendo las barreras de los humanos a los que elige y ganándose un hueco en cada casa, convirtiéndose muchas veces en el protector de sus humanos, lo que le llevará a hacer algo muy valiente y peligroso para salvar a, como él la llama, su Claire, una de sus humanas.

Un libro que enseña no solo lo que el abandono hace a los animales, si no que también nos recuerda que son capaces de entendernos muchas veces más de lo que imaginamos. Que nos habla que la valentía, la lealtad y el amor son sentimientos que no son exclusivamente humanos. Un libro que muestra que al salvar a un animal nos estamos salvando a nosotros mismos sin saberlo.

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *