Érase una vez…
¿Cuántas veces hemos escuchado los cuentos de princesas empezar igual? Érase una vez, en un reino muy lejano… ¿qué? Lo de siempre, una princesa esperando a que su amado (al que no conoce de nada) la fuera a recoger, un malvado dragón ¿por qué siempre son malos? custodiando una torre que nadie sabía que existía hasta que el príncipe de turno decidió que era interesante ver qué pasaba por allí.
La personaja de cómic, Moderna de Pueblo, creada por la escritora y periodista Raquel Córcoles, nos hace un pequeño tour por todas aquellas situaciones sacadas de películas e historias de princesas en las que nos enseñaban que las niñas eran amas de casa, que un embarazo es lo mejor que le puede pasar a una mujer y que estar sola con 35 y compartiendo piso solo tiene un nombre: FRACASADA (lo mismo que tener unos kilos de más y no importarte, vaya) porque… ¿Quién te va a querer si eres mayor, independiente o tu cuerpo no se ajusta a la normativa del momento?
Mientras Moderna de Pueblo nos recuerda todas aquellas frases con las que crecimos como «esto no es propio de una señorita» o «esa es una zorra», con su novela gráfica, Idiotizadas, nos hace un recorrido por algunos clásicos de nuestra infancia a la vez que crea una sátira de esos mismos clásicos desmontando, uno a uno, los argumentos base que crean los mundos de las historias de hadas.
¿Qué tiene de malo ser una mujer independiente? En un mundo dónde las mujeres no son más que princesitas en apuros, eso es sinónimo de algo no funciona bien con nosotras mismas, y, para colmo, los argumentos siempre tienen la misma base: nos hace falta el amor de nuestra vida para poner orden en nuestra cabeza. ¿Des de cuando el amor de nuestra vida no pueden ser nuestras amigas? ¿O nosotras mismas?
Gracias a sus historias de la Sirenita pescada, Zorricienta, Gordinieves y el dilema interno de Moderna de Pueblo de no querer romper sus propias normas por nadie, pero intentar que su relación funcione, Raquel Córcoles, después de más de 40.000 ejemplares vendidos, nos enseña a desaparender todas aquellas lecciones que jamás deberían habernos enseñado.
¿Será ya el momento de empezar los cuentos de otra manera? ¿Podremos enseñar a las futuras generaciones que no existe un sexo débil y que un dragón puede ser tu mejor amigo o que no es necesario tener un príncipe a tu lado para reinar? Princesas o no princesas, todas luchamos por lo mismo: ser lo que queremos ser.
Idiotizadas rompe esa primera barrera: reírse de todo lo que sabíamos desde pequeñas pero que, a medida que crecemos, no nos queda tan claro eso de que sentarnos a esperar a un hombre sea la mejor solución a nuestros problemas.
Tal vez, deberíamos empezar a salvarnos a nosotras mismas y a recordar que ser mujer no es competir entre mujeres, no es sinónimo de debilidad, por mucho que sigamos siendo consideradas el sexo débil, ni es necesario compararnos. A lo mejor, libros así nos recuerdan que ser mujer es sinónimo de independiente, fuerte y empoderación.