Memorias de Idhún: La Resistencia
Me resulta complicado empezar a hablar de Memorias de Idhún. Una historia con tanto recorrido como esta ya tiene demasiadas palabras dedicadas.
Entrar en la vida de Jack, Victoria y la resistencia es toda una aventura. La historia empieza justo cuando Jack se queda sin sus padres, asesinados por el mago Elron. Justo antes de poder asumir el trauma que supone, tiene que escapar de su propia muerte a manos de Kirtash, un chico poco mayor que él que vive con un único propósito: acabar con el dragón y el unicornio de la profecía.
Es justo a partir de ese momento que la historia pega su pistoletazo de salida. Gracias a la capacidad descriptiva de Laura Gallego, te transportas a Limbhad, un pequeño lugar entre mundos que sirve como fortaleza y refugio de La Resistencia, Shail y Alsan, un mago y un príncipe de Idhún que buscan salvar al dragón y al unicornio con la esperanza de recuperar su mundo de la mano del tirano Ashran el nigromante y sus aliados, las serpientes aladas conocidas como Sheks. Y que también sirve como refugio para Victoria, una adolescente que ha encontrado al fin un lugar en el que sentirse en casa.
De la mano de Jack y Victoria, vas conociendo poco a poco Idhún gracias a sus investigaciones y preguntas. La incógnita de quiénes son y por qué están metidos en una guerra que no parece ser suya se mantiene durante casi todo el libro. Es casi como jugar a descifrar la historia que hay detrás de lo que los personajes cuentan y hacen.
Todo parece empezar a estar más claro cuando Jack acepta su realidad y entiende que el espíritu de Yandrak, el último dragón, vive en su interior. Convirtiéndolo en un ser capaz de cambiar de cuerpo a voluntad. Exactamente igual que Victoria, el último unicornio, y su enemigo mortal Kirtash, un chico al que crearon fusionándolo con un shek para que pudiese matarlos a ambos.
La belleza que describe Gallego durante toda la historia cuando habla de los escenarios en los que se desarrolla la novela, mientras no convierte a tres adolescentes en adultos prematuros y les da la oportunidad de crecer a su ritmo mientras aceptan sus realidades, sus sentimientos y sus inseguridades, es un punto increíble del libro.
Laura ha inventado un mundo con sus propias especies, religiones, dioses y seres fantásticos. Nos ha dado la llave para entrar en un mundo con tres soles y tres lunas. Un mundo cargado de magia que agoniza ante el reinado de un tirano. Un mundo en el que, a veces, ni los villanos son tan malos ni los héroes tan buenos.
Adentrarse en Idhún es una aventura que, de la mano de un dragón, un unicornio y un shek la hace totalmente irresistible.