Cine

Rock of ages, la era del Rock

Los Ángeles, 1987. Sherry (Julianne Hough) acaba de llegar a Los Ángeles desde Oklahoma. Nada más aterrizar en la gran ciudad le roban todos sus vinilos, hecho que da pie a que conozca a Drew (Diego Boneta), camarero del Sunset Streep, el bar rockero por excelencia de Los Ángeles en ese momento, y quien le consigue trabajo en el mismo bar.

La relación de los dos protagonistas no deja de crecer hasta que empiezan a salir como pareja, unidos siempre por su pasión por la música y su búsqueda del éxito como cantantes. Pero no todo es de color de rosa en Los Ángeles. Un concierto, un malentendido y una ruptura que les llevará a sumergirse en lo más oscuro de la ciudad para salir adelante, demostrando de lo que seríamos capaces por sobrevivir.

La película de Adam Shankman está inspirada en el musical homónimo de Brodway Rock of Ages y expresa de forma muy clara los cambios de la época, la pelea entre quienes defienden su modo de vida y de expresarse a través de la música, la ropa alternativa, los excesos y el alcohol, de aquellos que consideran que el Rock’N Roll es una aberración y que el Streep debería ser cualquier cosa menos un bar, pues para ésta parte de la sociedad esa música solo puede traer pecado y perversión.

La historia de Sherry y Drew no es la única que ocupa la pantalla. Podemos ver a Catherine Zeta-Jones, que interpreta a Patricia Whitmore, una conservadora que busca venganza en un antiguo ligue de la adolescencia en su guerra contra la música rock. A Tom Cruise que interpreta a Stacee Jaxx, un rockero en decadencia que canta temas históricos como «Wanted Dead or Alive» de Bon Jovi, mientras busca el motivo por el que empezó a cantar en primer lugar. También al carismático propietario del Streep Dennis Dupree, interpretado por Alec Baldwin, junto a su mano derecha Lonny, interpretador por Russell Brand, que luchan contra viento y marea para mantener a flote su templo del Rock’N Roll mientras intentan entender qué es lo que realmente han sentido todos estos años de amistad.

Una película que recuerda que los sueños han de perseguirse y trabajar en ellos. Que el éxito no es garantía de una vida plena. Que negar lo que somos por intentar encajar en una sociedad arcaica no es la mejor forma de conseguir la felicidad. Que el Rock’nRoll no ha muerto, ni lo hará nunca. Que la música nos puede unir a pesar de ser tan diferentes porque, durante los minutos que dura una canción, todos podemos sentir prácticamente lo mismo.

Música, amor, supervivencia en una gran ciudad, relaciones complicadas, política y creencias diversas. Pero sobretodo, mucha música. ¿Qué más se le puede pedir a una película?

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